Monólogo interior

Pobre José, hubiera sido feliz conmigo. Sólo me
queda la esperanza de que mi hija se case bien, ¡porque tengo que hacerla
casar!, que se case y tenga su hogar como debe ser, yo encantada, es mi sueño,
no me gustaría que se quede como yo, mi mamá por fin consiguió un hombre para
su vejez, ja ja. Yo también puedo, pero no quiero, tantos hay que me buscan.
Dicen que la camioneta no es de él, nada es de él, la Dona piensa que todo su
dinero está en el Banco, pero en cuál, renunció para no pagar pensión de
alimentos, ¡la Sonia se hubiera llevao la mayor parte!, con la caritita de
mosca muerta que tiene. ¡Mejor!. Le dieron buena plata, y luego se hizo el
pobre. Él nunca me ha querido, siempre me lo dijo por eso quería verlo
arrastrao. Diosito, perdóname. Creo que yo tampoco lo he querido porque no le
fui fiel, lo mío ha sido un capricho, deseo, creo, quería que todos sepan que
estoy con él para taparles la boca. Sonso, ¿no?, no me supo aprovechar, pa los
gusanos, ja ja, cómo habrá podido vivir sin mujer, ¿marica, como sus primos?.
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